¿Cómo realizarlo?
Por cuenta propia. Desde la población de Santa Marta en la esquina que une calle 11 con carrera 11, salen muy a menudo los autobuses que te dejan justo en la entrada principal del Parque Natural Nacional Tayrona.
La entrada principal se llama El Zaino y los autobuses suelen dejar aquí, pero puedes pedir que paren unos kilómetros antes y entrar por Calabazo.
Precio autobús Santa Marta – Zaino (y viceversa): 6000 COP/persona.
Precio autobús Santa Marta – Calabazo (y viceversa): 5000 COP/persona.
Precio de la entrada al Parque Natural Nacional Tayrona para extranjeros: 39500 COP/persona.
Si eres estudiante menor de 26 años o residente/residente extranjero hay un buen descuento, eso sí, debes presentar dicha documentación junto con tu pasaporte. Una vez pagado te darán una pulsera de papel que debes conservar mientras estés en el parque, un mapa y el recibo de pago.
Recorrido
A pie en una jornada entera: El Zaino – Castilletes – Mirador de la Sierra y el Mar – Sendero de las 9 piedras – Museo Chairama – Punta Cañaveral – Arrefices – El Cabo San Juan del Guía – Pueblito Chairama – Teilluna – Calabazo.
Otros datos
Se puede dormir dentro del parque y es una buena opción si quieres visitarlo en varios días. Recomendamos llevar tu propia comida y agua, dentro del parque hay zonas con ventas de comida y bebida pero son caras. Para pernoctar hay zonas especificas de camping y puedes llevar tu propia hamaca o tienda de campaña, también hay alojamiento en cabañas. El precio de pernocta varía según la zona que se elija. Una de las zonas más concurridas pero más bonitas, es la zona de acampada El Cabo San Juan del Guía.
Creemos que por la entrada de Calabazo puedes conseguir evitar el pago de la entrada a ciertas horas del día. En la bajada no vimos control, aunque sí estaba el cartel con los precios a pagar.
Más información del Parque Natural Nacional Tayrona.
Más información de los Tayronas.
Foto a foto
Bañado por el mar Caribe y a unos 30 kilómetros de Santa Marta, este parque nacional es uno de los más importantes de Colombia. Aquí habitan una extensa variedad de plantas y animales. Nosotros decidimos recorrer el parque por su zona interior y costera para disfrutar tanto del bosque como de las playas.
Con un aspecto salvaje, lejos queda esa imagen de playas explotadas por el turismo masivo, ya que en muchas de ellas está prohibido el baño por las fuertes corrientes. Las palmeras dan paso a otras tantas variedades de árboles a medida que uno se adentra en el espeso bosque.
Durante el recorrido se puede ver a los animales hacer vida y bajan de los árboles las frutas de las que se alimentan. Los mangos y cocos están por todas partes. Con suerte uno puede encontrar alguno que no haya sido mordisqueado y llevárselo para el camino.
Durante el recorrido visitamos las playas de Castilletes, Cañaveral y Arrecifes hasta llegar al Cabo de San Juan del Guía, donde nos adentramos en el bosque por un sendero precioso, con pendiente y con algún obstaculo para llegar hasta Pueblito, un asentamiento indígena.
Este antiguo asentamiento indígena constaba de diferentes terrazas donde se ubicaban las antiguas casas, todas hechas de madera y paja, con una forma cónica. Queda solo alguna representación, el resto son ruinas de piedra a diferentes alturas.
Por lo que nos contaron, Pueblito fue un asentamiento básicamente con fin comercial, ya que por aquí conectaban varios senderos de piedra con otros asentamientos indígenas de la sierra, como por ejemplo los Tayrona de la Ciudad Perdida, haciendo uso del trueque entre poblados por el consumo de sal.
De vuelta a Santa Marta, salimos a reponer fuerzas y pasear por el paseo marítimo. Aquí el ambiente caribeño se palpa, el calor es húmedo y las calles se transforman al caer el sol. Los lugareños se bañan en la playa al son de la música, los puestos de jugos de frutas se reparten por todo el paseo y el ajetreo de gente es constante. Nos fuimos de Santa Marta habiendo visitado un ambiente muy diferente a lo visto hasta ahora, pero nosotros continuaríamos nuestro camino por la costa caribeña a ritmo de salsa, hacía la ciudad más bonita de América y una de las más bonitas del mundo.