Chengdú, entre pandas y bambú

Llegar a Chengdú fue toda una odisea. Dos días tardamos en llegar desde Sangri-La.

Moverse por China es muy fácil, pero los mismos chinos viajan y se mueven mucho, esto hace que los transportes se llenen enseguida. Si a esto le sumamos el regreso a casa una vez finalizadas las vacaciones del año nuevo chino, apaga y vámonos.

Chengdú fue la primera ciudad grande que visitamos de China. A pesar de no poder realizar el plan previsto, veníamos contentos ya que conoceríamos nuevo amigos Antonio, Carmen y Lois. Ellos trabajan y comparten piso en un barrio de esta gran ciudad, así que junto a ellos pasamos estos días. También una gran sorpresa fue coincidir con Dani, un amigo viajero que conocimos en Myanmar y que justamente también seguía el mismo recorrido.

Nos recomendaron varios sitios a visitar y durante el día moviéndonos a pie, en autobús o en metro los fuimos a ver.

El People´s park es lo primero que visitamos. Es un parque donde mucha gente va a pasárselo bien. Ya sea bailar, jugar a las cartas, cantar en los diferentes karaokes, escribir, pintar con acuarelas, practicar caligrafía china o montarse en las diferentes atracciones. Realmente éste es un punto de encuentro donde la gente del pueblo son los grandes protagonistas. Nos encantó este lugar que transmite tanta sociabilidad, deja de lado la vergüenza y da pie a desinhibirse.

En nuestros paseos por la ciudad también fuimos a un templo Taoísta, un lugar muy silencioso, calmado y tranquilo en medio de la ciudad. El barrio tibetano también es un lugar común para aquel que visita la ciudad. Las calles están llenas de objetos Om Mani Padme Hum, monjes y budas. Recorrimos también buena parte de la zona centro.

Pero los grandes protagonistas de esta ciudad, y por lo que se la conoce en el mundo entero, son los osos panda. Estos animales se encuentran en un espacio protegido fuera de la ciudad.

No somos muy fans de ir al zoo, preferimos ver los animales es su hábitat natural. Pero también entendemos el problema que hay con estos animales, una especie protegida en riesgo de extinción. A pesar de estar enjaulados, que es bien cierto que lo están, creemos que también en parte, es necesario crearles ese hábitat ficticio donde se les puede cuidar, alimentar y reproducir con unas ciertas garantías. A simple vista están debidamente cuidados.

Nuestra visita a Chengdú fue un nuevo aliento para acercarnos a los pueblos tibetanos de esta maravillosa provincia. Carmen, Antonio y Lois nos hablaron tan bien de esta zona, que nos ilusionaron de nuevo con la idea de poder ver un lugar único en el mundo.