La idea de muchos de contornear el triangulo geográfico de India, es una realidad. Y para ello hay que bajar al Cabo Comorin, donde la ciudad de Kanyakumari es el lugar más meridional del subcontinente indio. Seguramente, el hecho de llegar a este lugar ha sido la idea romántica de venir en tren hasta la punta más meridional de India. El final de India. El fin de la basta línea de ferrocarril. El vértice de la V.
La ciudad en si no tiene mucho interés. Muchísima oferta de alojamiento y restaurante a precios muy aceptables. El turismo mayoritario es indio. Viene mucho sadhu. Es el final de su viaje de peregrinación por su país. También, muchísimos grupos que se acercan al templo principal llamado Kumari. Como curiosidad, se encuentra un memorial a Gandhi en este lugar un tanto desmejorado debido a la proximidad del mar, residen parte de sus cenizas.
La gracia de Kanyakumari reside en su ubicación. Entre los mares de la bahía de Bengala, el mar Arábigo y el mar Índico. Los amaneceres hacía la bahía de Bengala y los atardeceres mirando hacía el mar Arábigo son de postal. Si ya se coincide con una noche de luna llena, desde el ghat principal puedes contemplar una bella postal con la estatua de Thiruvalluvar y el Memorial de Vivekanda frente al mar iluminado. Un ambiente realmente mágico y espiritual.