Descripción de la ruta
- Punto de salida: pradera de Ordesa, Torla, Valle de Ordesa (Huesca). Fuera de alta temporada hay acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con vehículo propio. Aparcamiento en pradera de Ordesa
- Recorrido: pradera de Ordesa – GR 11 – bosque de las Hayas – gradas de Soaso – circo de Soaso – cascada Cola de Caballo
- Pernocta: No. La noche anterior al comienzo de la ruta dormimos en Torla en el Albergue- Refugio Lucien Briet en habitaciones compartidas
- Material necesario: Ninguno específico. Con nieve recomendable raquetas o crampones. Buenos abastecimientos de agua por el camino: un par de fuentes y el río Arazas
- Altura mínima: 1305 metros
- Altura máxima: 1755 metros
- Realizada por: Alberto, Mikel y Sonia
Aprovechando los días libres para desconectar hicimos una escapada al Valle de Ordesa. Entre visitas a pueblos como Torla y Nerín, cenas y charlas junto con nuestro amigo Mikel, también hicimos la excursión a Cola de Caballo. Una sencilla caminata hasta la famosa cascada que se encuentra al fondo del Circo de Soaso, en el Valle de Ordesa. El camino no tiene pérdida ya que está bien señalizado. Esta excursión es ideal para hacer en familia. Tranquila, sin dificultad técnica y asequible para todos los miembros.
Podríamos decir que es la excursión más famosa de todo el Pirineo. Muchos de los visitantes que acuden al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido vienen a ver este salto de agua. En épocas festivas y vacacionales Torla y sus alrededores están llenos. Durante las caminatas no vas a estar solo. Pero en épocas más tranquilas se puede disfrutar del valle con total tranquilidad.
Era comienzos de primavera y el valle a estas alturas estaba espectacular en todos los sentidos: mucha nieve y el río Arazas rebosante de agua. El día en cuestión amaneció radiante lo que augura un día espectacular para disfrutar de la montaña. La abundante nieve que aún había en el valle y la exuberante vegetación contrastan con el cielo azul y un sol que calienta. Llegando a cola de Caballo ya era otra cosa, hacía mucho frío a causa del viento, así que comimos algo, disfrutamos un rato de las vistas y nos decidimos a emprender el camino de vuelta.
Nos dedicamos a fotografiar el valle, a pasear sin prisas, a respirar aire puro, a despejar la mente e invadirla de ideas positivas. Así, nos olvidamos por unos días del tiempo, dejando atrás las prisas de la ciudad, el trabajo y todo asunto ajeno al contacto con nuestros sentidos. Soñando cada uno en las cosas que se nos pasan por la cabeza, y en la primavera.
Foto a foto