¡De nuevo en Tailandia! Nada más bajarnos del avión, fuimos directos a la estación de trenes y decidimos tomar uno hacia el norte, Chiang Mai.
Sabíamos que iban a ser unas 15 horas de trayecto y pasaríamos la noche a duras penas en asientos de tercera clase.
Chiang Mai, la ciudad más importante del norte nos esperaba para recuperarnos de la intensidad de Myanmar, relajarnos unos días y recabar información para los próximos pasos que íbamos a dar.
Era la primera parada larga que hacíamos desde que salimos de casa y nos apetecía tomarnos aquí un respiro, y aunque no es una ciudad pintoresca, es muy cómoda para estar, lo tiene todo. Además coincidíamos con la celebración del cumpleaños del rey y la ciudad se vistió de amarillo y se respiraba un ambiente de festividad.
Pero el rey de Tailandia no era el único que cumplía años, uno de nosotros, Sonia, también iba a sumar un añito más durante los días que íbamos a pasar aquí y queríamos celebrarlo, darnos algún que otro capricho gastronómico, cambiar algo de vestuario, ponernos al día con el blog y asimilar lo vivido hasta el momento.
Nos acercábamos a ver los diferentes mercados que se montan, visitando los tantos templos que se reparten por toda la ciudad y pasear por la parte más moderna.
El mercado más auténtico para nosotros es el que hay en el barrio chino, un auténtico almacén de ropa y comida. También coincidimos con el saturday night market, una interminable calle llena de puestos muy enfocado al visitante los sábados por la noche.
Nuestra marcha tenía que proseguir y llegado el día nos fuimos más hacia el norte, Chiang Rai. Una ciudad un poco más pequeña pero nos quedamos un par de días para visitarla.
Muy cerca de ella se encuentra el templo blanco, un moderno culto al budismo.
Y otros tantos que vimos mientras paseábamos por las calles, pero lo que más nos sorprendió fue que al salir de uno de ellos y sin idea previa, nos encontramos de nuevo con Felipe e Yvonne.
¡Que coincidencias que tiene la vida! La alegría mutua fue tal, que pasamos el resto del día juntos, acercándonos al interminable night market y viendo el cambio de hora de la torre del reloj, un espectáculo de lo más kitsch. Nos despedimos de ellos, con la promesa de volvernos a ver, sino en México, en Barcelona y sino en Suiza, cualquier lugar es bueno para reencontrarse.
10 comentarios
Qué cantidad de información, por Dios!! Y qué bonito todo; me encanta. Ahora cada día miro el blog por si hay novedades. Estoy enganchada!!!!
Gracias E.Cano!
Poco a poco nos vamos poniendo al día así os mantenemos enganchados. 😉
Besos y abrazos!!!!
Alberto & Sonia
¿Qué es eso de comer pizza en Thailandia?? jajajaja
¡Vaya ritmo lleváis!
Muy majas esas fotos!!!
Gracias maño!!
Lo bien que nos sentó después de casi tres meses de viaje!
En las ocasiones especiales esta la excusa perfecta para salirse un poco de la dieta asiática jajaja 🙂
Besos!
Alberto & Sonia
Qué precioso todo! Aquí con el prepolvorón! Os quiero.
Disfrutar de estas fiestas en nuestra ausencia ¡¡ beber vinio y comer mucho jamón, turrón y polvorones!!
Ay, quien pudiera……………!!!!
Besos, os queremos!
Alberto & Sonia
Os guardaremos turron, polvorones, etc…
Vosotros llenad nuestra vida con vuestras vivencias, estamos ansiosos de ver qe nuevas experiencias vivis.
El trayecto en tren a alicante se esta haciendo corto con vuestro blog.
Un besazo
Gracias Maria Luisa por tu comentario!
Un besazo!!
Alberto & Sonia
Que pintaza la pizza!!!
A día de hoy ya no nos acordamos de su sabor! jajaja Pero nos sentó genial!
Alberto & Sonia