Para llegar a los Andes desde la selva tardamos dos días hasta llegar a Huaraz. El trayecto se hace por una carretera que va salvando desniveles importantes. Pese a ser un lugar que recibe muchísimos turistas al año, es un lugar tranquilo.
Llegamos en temporada baja, no tantos turistas extranjeros y si muchos locales se dan cita cada día en esta ciudad para comerciar sus productos. El ambiente que nos encontramos nos enamoró des del primer momento.
Después de tomar contacto con la ciudad ya sabíamos que nos íbamos a quedar más tiempo de lo previsto, nos dejamos llevar por las buenas impresiones. Pasear por sus calles, visitar el mercado, lo común nos hacía sentir tan a gusto que nos lo tomamos con mucha calma.
La oferta de ocio es interminable. Para los amantes de la montaña, los escaladores o los que andan en bicicleta este lugar es un paraíso. Uno no es capaz de aburrirse si no quiere. La Cordillera Blanca a un lado y la Cordillera Negra al otro hacen que la oferta sea tan abundante como uno desee.
A unos cuantos kilómetros de Huaraz, existe Chavín de Huantar. Este pueblecito situado al otro lado del valle fue un antiguo asentamiento de la cultura Chavín y sus restos arqueológicos pueden visitarse en una larga excursión de un día. El complejo es de carácter religioso al que acudían los campesinos de la zona para hacer ofrendas y preguntar a los oráculos cual sería el mejor momento de siembra o recolección.
Lo que caracteriza a este complejo son sus pasadizos escavados. A unos metros por debajo de la superficie se construyeron una serie de estancias que cumplían diferentes funciones. La mayoría servían como lugar de culto, siendo el más importante el Lanzón. Un monolito situado en una de estas cavernas. Aunque lo que más nos gustó fue el pueblo con sus habitantes, tan coloridos con la típica vestimenta de las personas que habitan en la sierra.
Optamos por visitar el glaciar Pastoruri, para aclimatarnos, ya que nuestra intención era realizar el trekking de Santa Cruz en el Parque Nacional de Huascarán. El glaciar está situado a unos 5000 metros de altura y se puede visitar en un día parando en otros puntos de interés durante el trayecto.
Después de regresar del trekking de Santa Cruz, pasando unos días estupendos por la montaña, algo cansados pero tan satisfechos por lo acontecido, estábamos de regreso en Huaraz.
Albert y Claudia, una pareja catalán-peruana, nos invitó a su acogedora casa en la parte más bonita de la ciudad. Compartimos con ellos el resto de días. Claudia nos preparó una de sus especialidades, Papas a la Huancaina, tan ricas que si su hospitalidad ya fue grande, con esa receta hubiese podido convencernos de cualquier cosa. Nos pasamos las horas charlando de viajes y otras inquietudes, la conexión fue tal que sin darnos cuenta llegó el momento en que nos tuvimos que despedir, y no fue nada fácil.
Nos subíamos a un autobús dirección Lima algo tristes pero con la sensación que nos volveríamos a encontrar en algún lugar del mundo y con la intención de volver a esta ciudad llamada Huaraz, a pies de la Cordillera Blanca.
4 comentarios
Me encanta la foto de la Puya Raimondi, una gozada.
Felicidades pareja, me dejais a la espera de la siguiente entrega, creo que me gustara 🙂
Gracias Miguel! Estas entradas de Huaraz y la Cordillera Blanca son temas que nos gustan, la montaña. Pero es que es un lugar… tan especial!!!!
Alberto & Sonia
"SOMOS AGUA, SOMOS TIERRA" Gracias por compartir vuestros viajes!!!
¡Gracias Jose Enrique por escribirnos! Compartimos nuestras vivencias, porque creemos que es bueno contagiar ideas positivas y animar a todas las personas de que con esfuerzo y constancia, es posible cumplir sueños.
Un abrazo,
Alberto y Sonia