Kong Lor Cave pasando por la capital

Llegar a la cueva de Kong Lor era nuestro siguiente objetivo, pero antes queríamos visitar Vientián, la capital del país. Desde Luang Prabang pusimos rumbo a ésta ciudad.

Cuando el bus paró aún no era de día pero ya estaban esperándonos los tuk-tuk para acercarnos a la ciudad. ¡Relax, que no tenemos prisa por llegar! La paciencia tiene su recompensa, y ésta vez fue en forma de autobús de línea regular, que nos acercaría hasta el mismo centro de la ciudad y baratísimo.

Después de reponernos un poco del largo trayecto paseamos por la ciudad para ver el emblema de Laos, una pagoda rectilínea. Por el camino, vimos también el Arco del Triunfo y su paseo, algo nos hizo recordar nuestro paso por la avenida de los Campos Elíseos de París hace ya unos cuantos años, y es que la influencia francesa también se hace notar aquí.

Poco más a añadir, un ajetreado mercado nocturno y un atardecer a orillas del Mekong con vistas a Tailandia, hizo que a la mañana siguiente nos montáramos en otro autobús que nos llevaría hasta Kong Lor Village, la última aldea de una carretera de 40 kilómetros y desde dónde puede visitarse una cueva.

Llegamos de noche, así que después de alojarnos y cenar, descansamos para madrugar al día siguiente y acercarnos a ver la cueva de Kong Lor de 7 kilómetros de largo y que únicamente puede visitarse en barca ya que por ella pasa un largo río.

Junto a Guillermo y Lara, una pareja con la que hemos ido coincidiendo en nuestro recorrido, nos subimos a las barcas y ¡a cruzar la cueva! El paseo es de lo más entretenido y a veces hay que bajarse de la barca para superar algún paso poco profundo.

Viaje de vuelta y alguna foto del exterior de la cueva culminan una visita que merece la pena.

Llegar hasta Kong Lor es fácil, lo difícil fue salir. Después de la visita a la cueva, nos tocó esperar unas cuantas horas al enlace que nos llevaría hasta el pueblo más cercano para poder tomar un autobús. Al retrasarse el enlace, no pudimos coger el autobús y tuvimos que improvisar junto al resto de visitantes cogiendo entre todos una pick-up.

Esta nos llevó hasta la carretera número 13, lugar donde todos nos subimos a un autobús que se dirigía al sur.