Sencillamente Krabi

No teníamos intención de parar en Krabi, únicamente pasar de camino a nuestro próximo destino el cual aún no teníamos claro. Por lo que teníamos entendido, no era una ciudad con demasiado atractivo turístico, ya que la mayoría la utilizan como ciudad de paso, ya sea yendo o viniendo de las islas de la Costa de Andamán. Pero nosotros le encontramos un nosequé que hizo que nos quedáramos más días de lo previsto.

Así nos encontrábamos en una ciudad normal donde podíamos experimentar y ver la vida de los tailandeses sin contaminar por el afán turístico. Cambiamos de opinión, nos quedamos más días y nos reponemos del empacho turístico que habíamos acumulado hasta el momento.

Los días los dedicamos a hacer una vida más normal, callejear y hablar con los lugareños, degustar los platos que hasta ahora no habíamos probado, y que aquí los encontramos a un precio más justo, y a visitar los alrededores. Hay que reconocer que los mercados y sus puestos callejeros nos conquistaron desde el primer momento, aquí lo podíamos probar todo!

Uno de los días alquilamos una moto y nos fuimos hasta Ao Nang, donde vimos un ambiente muy distinto al de Krabi, totalmente turístico y colapsado, pero con unas bonitas playas. De camino paramos en la playa de Klong Muang Beach, la que nos pareció muy bonita y en la que estábamos nosotros y otra pareja en la lejanía.  De vuelta a Krabi nos acercamos hasta la Tiger Cave, un templo de lo más pintoresco y que hace las delicias de los que buscan lo más kitsch.

Pese a que nos sentíamos muy cómodos en ésta ciudad, los días no podían alargarse mucho y teníamos que tomar una decisión. Dedicar más días a Bangkok no es lo que más nos apetecía, así que nos decantamos por acercarnos a una isla del Golfo de Tailandia.